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La FP que a todos nos hubiese gustado conocer antes
29 abril, 2020

Elegir formación es una decisión clave para nuestro presente y futuro profesional. En algunos casos, los estudiantes tienen claro desde el principio qué camino quieren seguir; en otros (la mayoría), afloran las dudas y la inseguridad. La realidad es que no es extraño que así sea, menos aún en un contexto como el actual, en el que lo digital está liderando un auténtico cambio de paradigma económico y social.

Ahora bien, ¿se contemplan todas las posibilidades formativas de las que disponemos en España cuando llega el momento de elegir estudios y futuro laboral? La realidad es que la mayoría de los jóvenes se han encaminado generalmente hacia la formación universitaria, concibiéndose como la superior entre toda la oferta académica. En concreto, según un estudio elaborado por Fundación Atresmedia y Fundación Mapfre, la valoración de la Universidad es de 8,32 por encima del 7,6 de Bachillerato y el 4,8 de la Formación Profesional. Tal es la concepción de que hay que tener una carrera o estudiar un grado que ya no solo la demanda ha crecido a un ritmo imparable, sino que la oferta de carreras/grados universitarios se ha posicionado en un 20% por encima de la demanda.

España, se sitúa como segundo país del mundo con mayor desajuste de capacidades para el puesto de trabajo

Este dato contrasta, sin embargo, con el que arroja el mercado laboral: más del 37% de los estudiantes universitarios de hoy acaba trabajando en empleos en los que no necesitan dicha formación, es decir, puestos notablemente por debajo de sus posibilidades. De este modo, podríamos decir que el modelo tradicional universitario, basado en “estudio-memorizo-examen-olvido”, en ocasiones no fomenta la obtención de un currículum con las aptitudes y habilidades necesarias para nuestro futuro profesional.

España es el segundo país del mundo con mayor desajuste de capacidades para el puesto de trabajo. Las empresas españolas ya se han dado cuenta de ello y no buscan extensos currículos de grados o másteres sino experiencia profesional y habilidades prácticas demostrables. Además, los empleos son cada vez más cambiantes, deslocalizados y colaborativos, por lo que diferenciarse de la labor de las máquinas, será una de las claves del éxito laboral. Por eso, instituciones de prestigio como el World Economic Forum, el MIT y McKinsey Global Institute apuntan a un consenso generalizado en torno a las habilidades robot-proof (a prueba de robots). Estas habilidades giran en torno a la invención, creación y descubrimiento de nuevas soluciones tecnológicas para resolver problemas presentes y futuros de la sociedad. De cara a que los estudiantes estén formados a prueba de robots, es de vital importancia desarrollar capacidades como el pensamiento crítico (observar, reflexionar…), el pensamiento sistémico (análisis y proceso de síntesis), el emprendimiento (creatividad y relación social) o la apertura cultural.

 

El fin de la era de la ‘titulitis’

Con todos estos cambios hemos empezado a valorar otros tipos de formación igual de válidos que la formación universitaria.

En un mercado con un elevadísimo grado de competitividad e incertidumbre, con rápidos cambios tecnológicos y con la exigencia continua de nuevas capacidades y habilidades para la adecuación a las empresas, podemos decir que la Formación Profesional es la que más se está actualizando y adaptando al nuevo contexto. Esta adaptación le ha permitido convertirse en una formación cada vez más atractiva, dinámica y cercana a la realidad del mercado de trabajo, siendo la más efectiva a la hora de dar respuesta a la necesidad de personal cualificado especializado para responder a la demanda actual de empleo.

La Formación Profesional es más atractiva, dinámica y cercana a la realidad del mercado de trabajo

La Formación Profesional oferta, por ejemplo, más de 150 ciclos formativos dentro de 26 familias profesionales, con contenidos teóricos y prácticos adecuados a los diversos campos profesionales. Mediante estos, se puede obtener el título de Profesional Básico, el título de Técnico y el título de Técnico Superior. A la oferta tradicional se une, además, una nueva modalidad: la Formación Profesional Dual. Esta se realiza en régimen de alternancia entre el centro educativo y la empresa, permitiendo un desarrollo puramente práctico y el conocimiento de cómo funciona una empresa.

 

También la universidad busca alternativas

Además de la FP Dual, están surgiendo otros formatos alternativos, desde la propia Universidad, que buscan acercar a los estudiantes al día a día de un profesional Por ejemplo, aprovechando el despegue de la formación online (se espera que crezca un 30% en los próximos cuatro años), están apareciendo iniciativas innovadoras como Edix (de la UNIR), que ha adquirido la idea de la dualidad en sus formaciones mediante la alternancia de un periodo teórico y otro completamente práctico en empresa. De esta forma acerca a sus estudiantes oficios de futuro y les permite poner en práctica los conocimientos mediante sus programas de 5 meses de clase más 5 meses de práctica.

 

Los mitos en contra de la FP

Según TodoFP, del Ministerio de Educación y Formación Profesional, actualmente los estudios de Formación Profesional están reconocidos como unos de los más cualificados, pues permiten incorporar a la formación aspectos que no podrían trabajarse en el aula y que aumentan la probabilidad de encontrar trabajo. La combinación de contenidos teóricos y prácticos favorecen la inclusión social y disciplina, además de potenciar la creatividad y el espíritu emprendedor.

Pero, a pesar del crecimiento de la demanda de la FP, todavía existe una generación que considera que es mejor tener una titulación superior para labrarse un buen futuro profesional. Para incentivar este necesario cambio de mentalidad, cabe destacar la importancia de potenciar la orientación académica y profesional desde los centros educativos, mostrando que no sólo hay un único camino para la formación e inserción laboral, y que la FP plantea un amplio abanico de posibilidades, no sólo como salida al mercado laboral, sino también como pasarela a otros estudios. Por ello, estas instituciones educativas deben apoyarse en la tecnología y actualizarse sobre el estado de los sectores y sobre los nuevos profesionales que demanda el mercado. Por eso aparecen iniciativas como Singularity Experts que trabajan para ayudar a centros educativos, estudiantes y profesionales a identificar los empleos de futuro que mejor se adaptan a ellos.

Las cifras corroboran el buen efecto de la FP, demostrando que se trata de una formación cada vez más completa y cuyo abanico de oportunidades es cada vez más amplio. Según un artículo publicado por El País a principios de curso, la tasa de desempleo entre los titulados de FP es del 7,5%, y el 70% de los estudiantes encuentran trabajo en la empresa en la que han realizado las prácticas. En el caso de la Formación Dual el dato es aún mejor, pues alrededor del 90% se queda en la empresa. Además, según la OCDE este año cerca de dos tercios del crecimiento del empleo lo ocuparán técnicos titulados en formación profesional de grado medio y superior. Según el Informe Infoempleo Adecco. Oferta y demanda de empleo en España este crecimiento en la demanda de estos perfiles viene arrastrado desde 2018 donde el 42,4% de los puestos de trabajo eran para técnicos de FP, frente al 38% de puestos que solicitaban graduados universitarios. Esta investigación indica también que en España la tasa de paro de los titulados de FP, meses después de acabar sus estudios, es del 15,6%, frente al 30% entre los universitarios. En cuanto a las áreas que más ofertas de empleo han recibido han sido Administración y Gestión, Electricidad y Electrónica, Fabricación Mecánica, Informática y Comunicaciones e Instalación y Mantenimiento. Entre estas cinco familias profesionales se reparte el 36% de la oferta.

 

En Europa

Si echamos la vista a Europa, en los primeros puestos destacan República Checa, Finlandia, Eslovenia, Croacia, Eslovaquia, Austria y Países Bajos, en los que los porcentajes de matriculados en FP se mueven entre el 72,9% y el 67,5%. Concretamente, este curso comenzado en septiembre de 2019, ha arrancado con más de 23.000 nuevos estudiantes, que representa el 12% del total de los españoles, frente al 26% en el resto de países de la organización OCDE.

 

Objetivo 2030

Hablando de los próximos pasos que estamos tomando en España, en el último año, el Ministerio de Educación se ha reunido con empresas españolas de diversos sectores con vistas a actualizar los programas de los grados de FP, para “asegurar” que las formaciones están realmente alineadas con la demanda empresarial. En un país en el que, según la OCDE, la robotización podría llegar a afectar al 52% del empleo en nuestro país, es más importante que nunca adaptar la formación a los nuevos empleos, prescindiendo de las formaciones tradicionales enfocadas a trabajos que van a dejar de existir. De hecho, en su informe Panorama de la Educación 2017, ya señalaban que los países con programas de FP bien asentados resultan más efectivos contra el desempleo juvenil.

Por todo ello, es esencial que tomemos conciencia de que entre hoy y 2030, los nuevos puestos de trabajo que se crearán en España requerirán un 65% de profesionales con estudios de FP, mientras solo lo cursa un 35% a día de hoy. Todo esto, según el Ministerio de Educación nos puede llevar a dejar más de 2 millones de puestos de trabajo sin cubrir por falta de perfiles realmente preparados.

Si queremos alinearnos y prepararnos para la demanda de nuestras empresas, tendremos que entender la FP como una magnífica oportunidad para adquirir las competencias pertinentes y acceder a un entorno laboral estable y próspero.

 

Por Bruno Carrasco, Desarrollo de Negocio, y Elena Ibáñez, fundadora y CEO de Singularity Experts