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Los servicios de sharing tendrán un papel fundamental en la “nueva normalidad” de Madrid
2 junio, 2020
El pasado 20 de mayo, nuestro director general y portavoz de Smart Mobility, José Luis Zimmermann, tuvo la oportunidad de conversar con Borja Carabante, delegado del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid. En este encuentro, abordamos los retos de la movilidad tras la crisis del COVID-19, el papel esencial de la micromovilidad compartida —motos, bicicletas y patinetes— y la necesidad de elaborar un plan específico para fomentar que funcionen como un verdadero complemento al transporte público.

Con independencia de la crisis que estamos viviendo, la movilidad viene siendo uno de los desafíos principales de la sociedad actual. En este sentido, Madrid comparte con otras grandes urbes problemas de contaminación y congestión derivadas del transporte de personas y mercancías. En concreto, en 2019, el tráfico por carretera fue el responsable de un tercio del total de emisiones de gases de efecto invernadero en nuestro país.

Consciente de ello, hace tiempo que Madrid puso la reducción de sus niveles de contaminación y la sostenibilidad entre sus prioridades, convirtiéndose en pionera y ejemplo a seguir para el resto del país con la creación de, entre otras medidas, Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) —que, por cierto, a través de su Estrategia Madrid 360, pretende extender más allá de la almendra central, a todos y cada uno de sus 21 distritos—.

Eran, al menos, los planes que el consistorio madrileño tenía antes de que el COVID-19 nos obligara a encerrarnos en nuestros hogares, y no pretende renunciar a ellos: “Compartimos el espíritu de una movilidad sostenible, de una ciudad en la que cada vez va a haber menos coches y, si los hay, tienen que ser de bajas emisiones”, aseguraba Borja Carabante en el encuentro virtual recientemente organizado por Adigital y Smart Mobility. Para el delegado del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, la situación que hemos vivido podría ser más que una barrera una oportunidad, propiciando que cualquier medida que se ejecute en este ámbito (peatonalización, carriles bici…) tenga una buena acogida ciudadana debido a la sensibilidad por el medioambiente y la seguridad que se han generado.

El papel de Madrid

Desde el Ayuntamiento de Madrid tienen sus propios planes para hacer de la capital un espacio más sostenible, habitable y con menor presencia del vehículo privado.

Carabante destaca, en primer lugar, la necesidad de integrar todos de los modos de transporte de la ciudad: “Los vehículos de movilidad personal,la micromovilidad y la movilidad peatonal van a tener un papel esencial. Hay que hablar de intermodalidad y de integración”. El responsable de Medio Ambiente y Movilidad del consistorio considera que los ciudadanos deben disponer de alternativas suficientes para todos sus desplazamientos, ya que esa es la única manera de reducir el uso del coche privado.

Una de las herramientas fundamentales para planificar de una manera más eficaz el sistema de transporte de la ciudad e integrar todas las alternativas de movilidad urbana es la tecnología y, más concretamente, los datos. Si el objetivo es apostar por “una movilidad intermodal, transparente y fácil, o se hace con una aplicación o no será ni transparente ni fácil”, señalaba Borja Carabante.

La ciudad después de la pandemia

Estas iniciativas cobran hoy especial importancia, ya que esta crisis sanitaria está transformando la realidad de nuestras ciudades y la forma en la que nos desplazarnos por ellas.

En circunstancias normales, en Madrid se producen una media de 10 millones de desplazamientos diarios. El 35% se realiza en coche y otro 35% en transporte público. Si bien, durante la crisis, la movilidad se ha reducido notablemente (hasta un 80% en las semanas más duras), se ha podido observar un cambio de tendencia en los desplazamientos realizados, con un aumento del uso del coche privado. De hecho, es más que probable que el temor al contagio invite a muchos ciudadanos a seguir priorizando el uso de sus vehículos particulares y con baja ocupación; “una tormenta perfecta que sería muy perjudicial para la ciudad de Madrid: tener más coches moviendo menos personas”.

De ahí que el Ayuntamiento se haya marcado como prioridad la apuesta por un transporte público con una oferta ampliada que evite aglomeraciones y garantice la seguridad. Pero también una mayor apuesta por la movilidad peatonal y otras alternativas de transporte que permitan dar respuesta a nuevos hábitos: prevé un aumento en la movilidad peatonal, ya que el 13% desplazamientos en autobús son de menos de 1 km, distancias que pueden ser asumidas caminando, y recuerda que 3 de cada 4 viajes en transporte público son de menos de 5km, en los cuales se pueden aplicar soluciones como la micromomovilidad compartida.

El potencial de la micromovilidad compartida

En este sentido, desde el Ayuntamiento coinciden en que motos, bicis y patinetes compartidos son parte de la solución a los retos de la movilidad. “Mientras más alternativas demos a los ciudadanos, más posibilidades de dejar su vehículo en casa”, asegura Carabante.

En este sentido, el delegado del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, recuerda que uno de los caminos para favorecer la convivencia de sistemas de movilidad urbana es evitar la hiper-regulación del sector, que «solo entorpece y hace ineficiente el sistema».

Ejemplo de ello es el buen funcionamiento que está teniendo el carsharing en la ciudad, en parte, debido a la no regulación del sistema. En el caso de los patinetes, el escenario es el opuesto, con una regulación muy rígida que ha provocado que, de las 9.000 licencias concedidas en un inicio, actualmente estén en funcionamiento menos de la mitad. Esta regulación introduce unas condiciones que dificultan que las empresas puedan adaptarse a la demanda, haciendo que el sistema sea deficiente. Por estos motivos, la voluntad del Ayuntamiento es la de trabajar con el sector para redefinir el modelo, de tal modo que los patinetes sean una solución de movilidad real en Madrid.

Desde el consistorio mantienen que hay que ordenar el espacio público y crear unas condiciones para que estos sistemas puedan convivir con el resto de ciudadanos, pero no es necesario una intervención más amplia. El propio mercado tiene sus mecanismos de autorregulación, por lo que intervenir en exceso generaría la ineficacia e ineficiencia del sistema: “el sector privado es quien sabe, mejor que nadie, dónde está la demanda, dónde está la necesidad y qué producto quieren los ciudadanos”, asevera el responsable de Movilidad.

Del mismo modo, el Delegado está de acuerdo en que es posible que veamos una ciudad como Madrid llena de bicicletas en el futuro próximo. Desde el Ayuntamiento manifiestan que la capital tiene que ser ciclable, por lo que se va a poner en marcha una serie de iniciativas como la creación de carriles bici o la posibilidad de subvencionar la adquisición de estos vehículos.

Con respecto a otros vehículos de motor que sirven de alternativa al coche privado, Borja Carabante se refiere también a la regulación del taxi en la que, asegura, podrían observarse cambios en el corto plazo, ya que se está modificando la ordenanza del taxi para flexibilizar el servicio. Entre otras cosas se podría llegar a introducir el taxi compartido. Todo para hacer de Madrid una ciudad que más sostenible y habitable, en la que la ciudadanía tenga a su alcance el mayor número de opciones de movilidad posibles.


Son muchos los aspectos de nuestras vidas que van a cambiar una vez se supere esta situación de emergencia global, y una de ellas será la movilidad. En este contexto, desde Adigital y Smart Mobility confíamos en que la micromovilidad sea contemplada como una de las soluciones a largo plazo para que las ciudades consigan alcanzar sus objetivos de sostenibilidad y multimodalidad.