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No hay espacio para el discurso de odio en Internet
22 marzo, 2021

Por Carina Szpilka, presidenta de Adigital

Hace solo unos días tuve el enorme placer de participar en la presentación del “Protocolo para combatir el discurso de odio ilegal en línea”. Lo hice en nombre de Adigital y, especialmente, en representación de las empresas del ámbito tecnológico y digital, junto a las que hemos participado en la elaboración de este documento. 

Han sido meses de trabajo incansable, liderados por el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia y en los que la Asociación ha jugado un papel activo, pero el resultado, sin duda, ha merecido la pena: supone el primer gran acuerdo consensuado entre Administración pública, sociedad civil y empresas digitales para luchar contra los mensajes de odio que empañan el debate público y hacer de internet un lugar en el que el racismo, la xenofobia y la intolerancia no tengan cabida.

Para todos los que formamos parte del sector digital en cualquiera de sus formas, Internet es, ante todo, un espacio infinito de oportunidades. Vemos en la red un avance sin precedentes en nuestra forma de comunicarnos, de aprender, de trabajar, de innovar, de inventar… Internet nos hace creer en la posibilidad de construir un mundo más cercano, más hermanado, en el que sea más fácil que nunca compartir y colaborar por un objetivo común. Esa es la visión que tenemos de Internet quienes trabajamos en él, y ese es el espíritu que ha inspirado todas las innovaciones de las que hoy disfrutamos: la mensajería instantánea, el trabajo en línea, el almacenamiento en la nube y, por supuesto, también las redes sociales.

Este último año, sin duda por el motivo más desafortunado, todos hemos experimentado en primera persona esta vertiente positiva de la red. En marzo de 2020, nuestro mundo se paró, pero la vida siguió adelante porque pudimos seguir conectados a través de lazos digitales, más reales y tangibles que nunca. Gracias a las nuevas tecnologías sustituimos los abrazos por videollamadas y nos mantuvimos cerca de quienes quedaron lejos. Conectados entre nosotros, y también conectados a todo un universo de conocimiento, cultura y entretenimiento. Las redes nos han mantenido unidos frente a la pandemia, y hemos comprobado su capacidad para difundir solidaridad y esperanza.

Todos y cada uno de nosotros tenemos el deber de contribuir activamente a hacer de la red un espacio libre y seguro

Sin embargo, en el sector digital no estamos ciegos ante el impacto que el crecimiento del discurso de odio ilegal tiene en nuestra sociedad y ante cuánto puede desvirtuar el valor de las herramientas digitales que están al servicio del intercambio de ideas y el debate público.

No hay espacio para el discurso de odio en Internet, del mismo modo que no lo hay en nuestras familias, en nuestros colegios, en nuestras plazas o en cualquiera de nuestros espacios de convivencia. En un momento en el que las fronteras entre lo físico y lo virtual se difuminan, hemos de entender que la red en su conjunto y las redes sociales en particular son precisamente un espacio de convivencia adicional, en este caso online, y que, por tanto, nuestro grado de tolerancia con estas actitudes debe ser igual a la que mantenemos en el plano offline: cero.

Todos y cada uno de nosotros tenemos el deber de contribuir activamente a hacer de la red un espacio libre y seguro. Y este Protocolo, nos sitúa en la senda de ese internet en el que creemos y al que aspiramos: respetuoso, diverso y constructivo. 

Nos enfrentamos a un reto complejo que requerirá de todo nuestro esfuerzo, pero, en esta lucha contra el discurso de odio, tanto el sector tecnológico como las instituciones públicas contamos en nuestras filas con el mejor aliado, que no es otro que la sociedad misma. La inmensa mayoría de ciudadanos y usuarios de internet comparten nuestra visión de las nuevas tecnologías como herramientas para el progreso social y estoy convencida de que ese compromiso conjunto será precisamente la clave del éxito. 

Decía Edmund Burke que lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada. Este Protocolo traslada la firme intención del sector digital de formar parte de esa legión de mujeres y hombres buenos, dispuestos a erradicar definitivamente el discurso de odio de nuestras redes y espacios de convivencia online.

 

Por Carina Szpilka, presidenta de Adigital