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La adopción de tecnologías emergentes: un desafío para las pymes
2 abril, 2024

La mayoría de las pymes españolas, el 68%, cuenta ya con un nivel básico de digitalización (69% de media en la Unión Europea), pero se encuentran rezagadas en adopción de tecnologías más avanzadas: apenas un 8% de las empresas españolas aplica inteligencia artificial, solo el 9% utiliza big data, y un 27% ha adoptado el cloud, según el Índice de Economía y Sociedad Digitales (DESI) de 2023. La adopción de estas tecnologías aporta grandes beneficios a la empresa en términos de productividad, eficiencia, aumento de ventas y automatización de procesos internos. Pero implican también un reto que, en el caso, de la inteligencia artificial, incluye también consideraciones éticas y de transparencia, que acrediten la explicabilidad de los procesos internos.

En el Encuentro Adigital “Tendencias digitales 2024 para el crecimiento de la pyme: data y tecnologías emergentes”, Carmen San Emeterio, Directora Comercial y de Marketplace de BeeDIGITAL AI; Ignacio Jiménez, Director General de Iberinform, y David Boronat, Presidente y Chief Future Officer en Multiplica, compartieron sus reflexiones sobre qué está poniendo freno a las pequeñas y medianas empresas a la hora de adoptar tecnologías emergentes, y cómo impulsar su implantación.

La formación, clave frente a la escasez de recursos

En España hay un millón y medio de empresas con menos de tres empleados: el reducido tamaño condiciona la capacidad para implantar tecnologías emergentes que, paradójicamente, potenciarían su crecimiento, debido a la falta de recursos, el escaso conocimiento y formación  y la complejidad de estas tecnologías. “Es necesario que las pequeñas empresas entiendan el beneficio inmediato que pueden obtener: qué clientes pueden conseguir y cómo les va a facilitar el trabajo. No se trata solo de escasez de recursos: hay también miedo al cambio y un freno cultural importante”, explicó Carmen San Emeterio.

La eclosión de soluciones basadas en inteligencia artificial representa una vía para facilitar el acceso. “Las grandes empresas tecnológicas como Google, Microsoft o Meta están inyectando una capa de inteligencia artificial en las herramientas que usan las pymes, lo que va a democratizar el uso de la IA para empresas de cualquier tamaño, al reducirse no solo la barrera de acceso, sino también el coste”, auguró David Boronat. Como señaló Ignacio Jiménez: “Experimentar y aprender continuamente es clave para la pyme”.

Cómo aplicar la IA en el pequeño negocio

Al mismo tiempo, se hace necesario adaptar las soluciones tecnológicas a las necesidades reales de los pequeños negocios. “La IA está basada en el dato, pero lo que las pymes requieren no es big data sino smart data, datos inteligentes”, matizó San Emeterio. “Para una pyme no es tan importante tener muchos datos, sino pocos pero de calidad: saber cómo recoger datos de sus clientes, cómo almacenarlos, visualizarlos, interpretarlos y utilizarlos para generar ventas”.

A través de APIs (del inglés, application programming interface), las pymes pueden integrar los datos con sus aplicaciones y utilizarlos en acciones de marketing, pero también pueden usar los datos que proporcionan las APIs para identificar a los mejores clientes, dimensionar mercados potenciales, automatizar el alta de clientes o asignarles condiciones de pago ajustadas a su perfil de riesgo. “Las APIS integradas con inteligencia artificial permiten reconocer patrones, identificar prospects, realizar predicciones de demanda y de stock, y, en definitiva, hacer avanzar el negocio”, explicó Jiménez.

En este contexto, destaca también el potencial de los asistentes conversacionales. Boronat anticipó que “el cambio más significativo es la llegada del internet conversacional, vamos a un modelo en el que será práctica habitual conversar con una serie de asistentes, en un entorno copilotado en el que interactuaremos de forma radicalmente diferente con los dispositivos”. Más allá de ChatGPT y los grandes modelos de lenguaje, Boronat puso como ejemplo Harvey AI, aplicación de IA específica para abogados. Y añadió: “Destinamos 9,2 horas a la semana a buscar información dentro de la empresa: esto también lo solucionará un bot corporativo conversacional, integrado en nuestras intranets o aplicaciones internas”.

Binomio entre innovación y regulación

En un mundo cada vez más digitalizado, la responsabilidad se convierte en un elemento crucial para todas las empresas, independientemente de su tamaño o sector. Ignacio Jiménez destacó que mientras algunos sectores, como la industria farmacéutica, ya están sujetos a regulaciones específicas, las pequeñas y medianas empresas a menudo carecen de estas pautas, lo que resalta la necesidad de ser responsables.  “La sociedad espera que las empresas sean responsables en todos los ámbitos, no debería plantearse un binomio entre responsabilidad y tecnología”, advirtió.

Carmen San Emeterio enfatizó el importante reto que supone la regulación de las nuevas tecnologías: “El gobierno, la sociedad y las empresas deben fomentar el uso responsable de la inteligencia artificial y de la tecnología, centrándonos en educar a la sociedad y, especialmente, a las pequeñas empresas. Europa ha sido pionera en aprobar una ley de inteligencia artificial, pero hay que buscar un balance entre esa IA responsable y ética, y aprovechar el potencial que ofrece.

Al finalizar la sesión, los participantes coincidieron en que nos encontramos frente a un cambio disruptivo en nuestra sociedad, de cambios acelerados con la IA como motor y con un enorme potencial, para lo que la adaptación es esencial.