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Por una regulación inteligente que fomente el turismo protegiendo el interés general
28 mayo, 2019
Digitalización, sostenibilidad, accesibilidad: las tres palabras que marcarán el futuro del sector turístico en nuestro país y que fueron el eje central del I Foro de Tendencias Turísticas ‘Smart Destinations en Andalucía’ celebrado recientemente  en la capital andaluza. Organizado por startupscolaborativas.com y la Facultad de Turismo y Finanzas de la Universidad de Sevilla, el encuentro ha reunido a académicos, profesionales del sector y administraciones públicas para analizar el impacto que la tecnología y los nuevos modelos de producción y consumo están teniendo en una industria que ha probado ser clave para el desarrollo económico y social de la región.

“El sector cambia a un ritmo vertiginoso. Hemos de ser capaces de entender y aprovechar estos cambios para buscar un turismo en el que las externalidades netas sean positivas. Además, los avances tecnológicos aplicados nos han de servir, a su vez, para convertir a la industria turística en un agente de cambio positivo, por ejemplo en zonas con riesgo de despoblación”, ha asegurado Francisco Rodríguez, coordinador del encuentro y autor de la obra Del Hospitium al Turismo 4.0.

Dentro de todos los avances que se están introduciendo en el sector, los expertos que han pasado por este foro han señalado el papel que el big data ya está jugando en esta industria. De la capacidad para recoger datos, interpretarlos y obtener información dependen la comprensión del impacto que esta actividad tiene en los territorios y la planificación y gestión eficiente de los recursos, pero también la regulación de esta y los modelos turísticos emergentes.

A este último punto en particular se refería Pilar Canedo, consejera en la CNMC, quien hacía referencia a la necesidad de que la regulación no se convierta en un freno para la innovación y, por tanto, para el desarrollo del sector turístico. Ante la aparición de nuevos actores y nuevas formas de producción y consumo que compiten con las tradicionales, como las plataformas digitales de alojamientos turísticos o de transporte, no se puede recurrir a la restricción por defecto, aseguró Canedo, ya que va en contra de los intereses de la ciudadanía: “La administración debe actuar cuando se producen externalidades negativas”, pero la regulación debe estar respaldada por datos y análisis previos de la situación y proteger el interés general.

Con el big data sobre la mesa, coincidieron los expertos, el siguiente reto es el diálogo constante entre todos los agentes implicados (usuarios, administraciones públicas y sector privado). En palabras de Ana María García, directora general de Calidad, Innovación y Fomento del Turismo de la Junta de Andalucía, “que no se nos olvide que todos tenemos que ganar”.

Descentralización y distribución: nuevas oportunidades y recursos

Esa confluencia de actores e intereses es la que permite aprovechar el potencial de la innovación y la tecnología. Ambas han venido a diversificar la oferta y democratizar el turismo, brindando nuevas oportunidades como la descentralización, la desestacionalización o a distribución de los beneficios de la esta actividad económica.

Según los últimos datos de Eurostat, el 24% de los españoles ya reserva alojamientos de otros particulares online a través de plataformas digitales como Airbnb o Homeaway, por delante de otros países de referencia como Francia o Alemania, y por encima de la media europea (que se sitúa en el 19%).

“Este tipo de plataformas ha ayudado al aprovechamiento de recursos infrautilizados (habitaciones o apartamentos completos que estaban vacíos) y la habilitación de fuentes de ingresos adicionales para sus usuarios, pero sobre todo han permitido disponer de una oferta más flexible, innovadora y diferenciada. Han creado plazas alternativas de hospedaje en lugares que ya recibían turistas, pero también en ciudades y localidades que tradicionalmente estaban fuera del mapa para los viajeros”, ha recordado José Luis Zimmermann, director general de Adigital.

Sin ir más lejos, según los datos proporcionados por Airbnb, en España, la llegada de huéspedes a destinos rurales con menos de 2.000 habitantes se ha incrementado más del 130% en los últimos dos años.

Nuevos destinos y recursos ejemplificados con el caso de la Fundación Starlight. Antonia Varela, directora de la entidad, explicó cómo el astroturismo está ayudando a crear nuevos destinos con los beneficios que esto tiene para la economía local y el medio ambiente. “Las Reservas y los Destinos Turísticos Starlight y otras modalidades son escenarios que incorporan la preservación y observación del cielo como parte del patrimonio natural, paisajístico, cultural y científico y fomentan el ‘turismo de estrellas’, promoviendo desarrollo de infraestructuras, productos, actividades y la capacitación de guías especializados en el ámbito del turismo sostenible”. De este modo, la actividad turística se convierte en una fuente de ingresos y de riqueza en lugares que tradicionalmente no recibían visitas: desestacionaliza la actividad, invita a la pernoctación y, como resultado, ayuda a luchar contra la desploblación de muchas zonas rurales de nuestro país. No en vano, el crecimiento de visitantes en los territorios certificados ha aumentado entre un 90% en La Palma (España) y un 327% Antofagasta (Chile), según estudio de Airbnb en colaboración con Starlight.

Organizado por Startups Colaborativas y la Facultad de Turismo y Finanzas de la Universidad de Sevilla, este evento ha contado también con el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla y la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital) y Sharing España.